Sapientia vel Scientia

Alguna vez alguien me dijo que el conocimiento no lleva a la felicidad. Es cierto, no la trae. De hecho, para el egoísta sólo carga sufrimiento.

Quizás la seguridad es la única amiga del conocimiento, pensaría un pragmático. 

Lo cierto que conocer significa poder progresar, mas no es sinónimo de progreso y menos de transformación. Un progresista tendría el deseo de adquirir conocimiento para poder aplicarlo en satisfacer necesidades. De la misma manera que adquirió ese conocimiento, puede transferirlo a los demás para colectivizar los saberes, así no quedarán sumidos en un vació inerte y podrán ser utilizados por más personas. Aquello se traduce en deseo de progreso, genera motivación, y póstumamente se consuma en la tan ansiada transformación de la que muchos ilusos vociferan.

Así pues, la humanidad progresa en las ciencias con nuevos descubrimientos, pero no así progresa en su forma pura sino todo lo contrario. Claro que el mundo no puede estar lleno de egoístas que mantengan estancada la civilización, más bien de tiranos, corruptos, seres de ideas tan radicales que están completamente ciegos, y los más ajenos a toda culpa son los ignorantes o desinteresados, quienes sin embargo ejercen la misma función que un parásito derruyendo una hermosa planta consumiéndola desde dentro.