Avisoooo

Hey chicos, gracias por seguir nuestro blog!!!!.
Les escribo para decirles que más historias, relatos y series están siendo creadas para su disfrute; no desesperen y mil gracias de nuevo por estar ahí.

Muchos besos, y saludos.

Daniela

PARTE I. El vals de los perdidos

Advertencia: este relato contiene elementos que pueden ser perjudiciales para la salud mental, se recomienda discreción.

Julio vive en un pequeño trailer, ubicado en las afueras de Dallas. Mide 1,87 metros de altura, pesa 96 kilogramos y usa jabón con extracto de aloe vera. Su piel blanca resalta los rasgos de su barba tipo Van Dyke (forma de candado). Luce una larga cabellera lisa y una desafiante mirada de ojos café. Aparenta unos 32 años de edad. Trabaja por y para sí mismo. No le gusta compartir. Adora el Heavy Metal de la vieja escuela, casi tanto como a su costosa Harley Davidson último modelo. Julio es el tipo de persona que sacrifica su calidad de vida por el buen gusto; para él, eso es calidad de vida. Vive cada día sin importar qué fuera a suceder el siguiente. Poco se preocupa por los demás. Le encanta salir con su caja de cigarros dentro del bolsillo frontal de su chaqueta de cuero con púas. No tiene muchas amistades. Sus viejos amigos han muerto para él, los nuevos se la pasan recorriendo los estados de Texas, Arizona y en ocasiones California con sus escandalosas motocicletas; y sus "amigas" sólo disfrutan junto a él cuando entierra despiadadamente su miembro dentro de sus cuerpos. Muchos chavales quisieran ser como él en todos los aspectos, pues su ruda y fría actitud refleja bastante felicidad. Ciertamente no es así, y la verdad es que Julio es así porque no tuvo elección. Así es, no tuvo elección. No desde siempre le bastaba un café negro y un cigarro como desayuno. No fue sino hasta cierto momento de su vida, que el sexo casual llenaba el vacío de su jodida existencia. 

Julio no entiende por qué hoy respira, pues no piensa. No piensa, no porque no tenga buena capacidad de hacerlo, sino porque no quiere. No quiere hacerlo, porque llegaría a la misma vieja conclusión una y otra vez. Para él, buscar el sentido de su vida es un propósito meramente vacío y egoísta. Y es que, ni siquiera puede hallar su propósito ideal. Su rumbo se desvaneció ante sus ojos hace años atrás. Su destino ha perdido la importancia que tenía. No hay peor cosa que negar lo que en una vez se confió a la razón, aquello que llenaba de esperanza la vida de alguien que creía, llegaría a ser una especie de Mesías para su tiempo, el salvador de todas las generaciones. Esa ilusión estaba completamente destruida. O no, pues siempre fue lo que es, una simple ilusión, de la cual él ya no era dueño. Sus ideas revolucionarían al mundo y cambiarían la forma de pensar de muchos, para una buena causa. Julio siempre pensó que la humanidad estaba pudriéndose cada día más y, también que él podía lograr algo, tremendamente significante para cambiarlo. Tenía el poder para hacerlo. Sí, vaya que lo tenía. Sólo él sabe cómo lo perdió. Eso es todo, está perdido. Peor aun, resignado. Se encargó de enterrar sus sueños en lo más profundo de sus recuerdos, para no volverlos a compartir con nadie jamás, ni con él mismo. Ahora le basta con saber que unos mueren, otros nacen y muy pocos viven. El no es de los que viven, sino de los que ya han cruzado el portón al más allá. Muerto en vida, como su antiguo videojuego de zombis favorito.

Hoy es el día de los enamorados, y muchas mujeres solteras tiran su anzuelo a ver si algún otro solterón les pica. Lo cierto es que casi nunca pasa esto, a menos que la "presa" sea un cazador de oportunidades, un aprovechador, un rastrero en busca de sexo; características de las que Julio es amo y señor. El sabe muy bien eso, conoce a las mujeres tanto como la palma de su mano, sabe cómo llevarlas a la cama sin darles muchas explicaciones y sin tener que pedírselo. Con frecuencia salía de su trailer las noches que se sentía solo, y jamás volvía a su hogar sin la compañía de una fémina. Aquella noche no fue la excepción. Aparcó su motocicleta al lado de un local recóndito, pero con buena vibra. Era distinto a los que había visitado antes. El ambiente despedía olor a alcohol, marihuana y secreción genital; olores a los que su cuerpo estaba extraordinariamente acostumbrado. Se recostó de la barra y pidió su trago favorito, un Love Junk, trago hecho de licor de melón, licor de piña y jugo de manzana; un gusto bastante peculiar para un tipo tan poco refinado como él. Miró a su alrededor y notó a una chica sentada al otro lado de la barra, bebiendo sola su Martini. Le resultó atractiva, y en el primer cruce de miradas no dudó en acercársele. Era una mujer joven, de piel clara y ojos grises. Lucía un vestido celeste con un boquete ovalado a cada lado de la cintura, mostraba un camino deseable y provocador desde las rodillas hasta los pies. Vestía una bufanda oscura que hacía juego con su cabellera lisa. Julio notó sus dos extraños anillos en cada anular, que le recordaba a sí mismo hace algunos años atrás. Ella gira su taburete hacia la derecha mientras él se acomoda a su lado, adoptando una posición seductora y amenazante.

-Oye, noté que estabas incómoda mientras te veía
-¿Incómoda? ¿A qué te refieres?
-Sabía que te incomodaba tomar tu trago sola en un sitio como este, menos hoy que es el día del amor
-Pues en algo tienes razón, pero hay quienes preferimos estar solos
-No es casualidad que me haya acercado a ti. Si estamos los dos aquí es porque no acabamos de empezar a buscar una buena compañía, lo quiere decir que quizá no tuvimos éxito en todo el día, pero tuvimos la esperanza de conocer a alguien especial hasta tan altas horas de la noche. Puede que el destino haya conspirado para mover sus piezas y arreglar un encuentro especial para nosotros, ¿no crees?-ni drogado creería él las porquerías que salen de su boca, pero lo cierto es que se ha hecho todo un genio de la mentira

Ella sonríe con un ligero toque de picardía

-La verdad me halagas, pero todavía no estoy segura sobre si lo que dices es verdad
-Qué falta de educación la mía. Permíteme presentarme-le dice, extendiendo su robusta mano hacia ella- Soy Julio, un placer

La mujer se deslumbra por su masculinidad y empieza a suavizar su tono al hablar

-El placer es todo mío. Mi nombre es Eliana
-Eliana, ¿puedo preguntarte qué hace una mujer tan bella y elegante en un lugar tan desolado?

Eliana veía a donde quería llegar, que era lo que más le gustaba del asunto. Este hombre le resultaba inevitablemente atractivo, y para ella sus intenciones eran claras.

-Digamos que buscaba un sitio... mejor dicho, alguien que pudiera consolarme-dice ella bajando la mirada
-¿Algún bastardo te ha roto el corazón?-el colmo es que ése es su pasatiempo favorito
-Pues, no exactamente. Resulta que mi padre murió hace un par de semanas y todavía estoy muy conmocionada. Dudo que pueda superarlo, amaba mucho a Fred

Fred. Ese era el nombre de la única persona con vida que le importaba todavía. No ha tenido noticias de él desde hace diez años. Así es, desde el día de la maldición de Julio. El momento en que todo lo que le importaba, desapareció para siempre. Sería demasiada coincidencia que fuese el mismo, además Fred no era tan viejo para tener una hija de esa edad

-No hay mejor remedio que el afecto para ese tipo de dolencia. Yo puedo curarte de todo tu dolor, si así me lo permites
-No quisiera molestarte, pero no tengo a donde ir, más que al hogar de mi tío en donde me tratan como a una piñata. Si tan sólo...
-Calla mujer. Ven conmigo-la toma por la muñeca con firmeza y en seguida la suelta para que ella sola lo siga

Llegaron al trailer en un santiamén. Julio no se había dado cuenta de lo afortunado que era en ese momento, pues fue bajo la intensa luz de su sala, que pudo notar la belleza de Eliana más de cerca... -Qué mujer tan hermosa-piensa para sí- la haré gritar hasta dejarla sin aliento-desenvainando una pícara sonrisa.

-Me encanta tu hogar, es muy acogedor

A él le extraña que alguien pueda decir eso, sobre todo por las pilas de discos amontonados frente a su estéreo, su guitarra y bajo eléctricos conectados a sus respectivos amplificadores, acomodados sobre el sofá, sus pósters de Van Halen y Metallica colgados en cada pared y más aún por su excéntrica ropa regada por doquier. La llevó a su habitación. Allí la situación era completamente diferente, parece como si hubiese sido arreglada días antes. La tenue luz amarillenta entonaba perfectamente con el camino que guiaban unos pétalos de rosa, que a su vez desembocaban sobre la cama en forma de corazón. Velas a los lados de la cama que formaban una silueta encantadora entre las sombras. Julio enciende un pequeño dispositivo que inicia el sonido de una canción de ambiente, apenas audible. Se le acerca lentamente a Eliana y empieza a besarla por el cuello. Ella se dejaba llevar, mientras él la acariciaba con sus manos y poco a poco le sacaba la ropa. El vestido estaba en el piso en un dos por tres. Intentó hacer lo mismo con la chaqueta de él, pero esa ligera extensión de manos bastó para que su inocencia la traicionara. Ahora tenía ambas manos esposadas. 

-¿Qué haces? ¡Suéltame!
-Tranquila, no te haré daño... sólo quiero cumplir una vieja fantasía y hacer esto más interesante

Ella accedió sin peros. Lo miraba fijamente, inmóvil, mientras él ataba su cuerpo a la cama. Piernas abiertas atadas en cada esquina y brazos colgados. El robusto hombre se desvistió y enseguida se dispuso para que su pene rozara y encajara sin piedad entre los delicados labios de Eliana. Luego utilizó sus dedos para masturbarla, y pronto lo hizo con la lengua. Ella despedía gritos ensordecedores y muy excitantes. Pasado su tercer orgasmo, él inició la penetración, recostando su cuerpo sobre el de ella mientras se movía con brusquedad, usando una mano para apretar con fuerza su mentón y otra para hacer lo mismo con un seno. El acto se prolongaba cada vez más. Ya estuvo; el desastre se había dado el gusto de aparecer.
-Maldición-conjuró. Al cabo, todo se oscureció...
Aún tan joven, pequeño Julio... y ya crees estar muerto- susurra una voz relajada dentro su mente- si sabes que algo anda mal contigo, es porque estás consciente del peligro que corres- continua la voz. Comienza a ponerse nervioso -todavía queda una diminuta llama en ti que ilumina tu opaco ser...-, tardó en darse cuenta que estaba alucinando. O no, tal vez era su consciencia que, como en los cuentos de hadas, le hablaba a sí mismo para darle algún consejo útil. Pensó que estaba enloqueciendo. Lo que más le perturbó fue no haberse esperado que las voces dentro de su mente aparecieran en un momento tan inoportuno. Eso le pareció divertido, en cierto modo -sigues confundido, aún sabes que la muerte no se hará cargo de ti... tienes un asunto pendiente y tienes que llevarlo a cabo en ésta, tu última vida como maestro-. Esa última frase retumbó dentro de su mente como el eco de un enorme gong japonés siendo golpeado. 

-¿Quién demonios eres?-, pregunta, sin recibir respuesta-¿crees que puedes revivir el sueño infantil que alguna vez tuve? ¿es eso lo que pretendes?-, continúa, cada vez con mayor furor-Maldito, ni lo intentes... gracias a ti soy tan infeliz y gracias a ti he destruido todo lo que me importaba, porque creía que yo sólo podía salvar al mundo. Qué idiota fui. Lástima que tuve que madurar tan tarde. Así es, he madurado. Ahora soy realista, mucho menos optimista y no me creo ser un superhéroe. Nada puedes hacer, querido ángel guardián, mensajero del infierno, horrible fantasma, ilusa vocecita, quien quiera que seas ¡Suerte la próxima vez que te topes con alguien tan desconectado de la realidad!-, sus venas se marcaban en su rostro mientras pronunciaba estas palabras, a su vez que arremetía violentamente contra el cuerpo de Eliana, quien pudo zafarse de las esposas, cortar las ataduras con prontitud y alejarse para coger su móvil. La poca cordura que caracterizaba al galante hombre se estaba desvaneciendo-no puedes escapar. Es tu destino...-, fue lo último que escuchó antes de soltar una prolongada risa maquiavélica, que logró aterrorizar a Eliana desde el primer segundo. -¡Déjame en paz! ¡Tú quieres verme morir, eso es lo que tú quieres! ¡Maldito sádico!- gritó. La agente especial Eliana Collins había contactado con el departamento de policía de Dallas, cuyos efectivos no tardaron en llegar. Las sirenas perturbaban la paz de la pacífica urbanización, los vecinos se asomaban por las ventanas para atestiguar semejante alboroto, que para ellos era menos común que ver un extraterrestre bajando de su platillo volador. Todo el ruido le produjo a Julio una reacción todavía más brusca, pero al momento en que iba a arremeter su amada guitarra contra el piso, un policía le disparó un dardo justo en el cuello. Dejó caer el instrumento sobre el sofá y nuevamente perdió la consciencia.

Despertó doce horas después de haber recibido el impacto. Su visión tardaba en recuperar la nitidez-¿será que... ya estuvo? ¿ésta es la dichosa tierra prometida de Dios?-, pensó en voz baja. Una eminencia con bata blanca lo observó de cerca y se lo hizo saber a alguien más-ustedes deben ser ángeles, quisiera ver a Dios por favor-, insistió, pero nadie le escuchó. Dejó de alucinar y cayó en cuenta de lo tanto que desearía haber estado muerto en ese instante. Las paredes a su alrededor sintonizaban en una textura suave y acogedora, un poco absurda para su gusto. Quiso pasar la mano por su barba y notó que estaba atado a un camisón de fuerza, tan resistente como incómodo. Una de las eminencias caminó hacia él y le dirigió la palabra.

-Hola señor Hughes, ¿cómo se siente?
-Jodido y muy confundido, ¿en dónde estoy y por qué demonios tengo mis brazos atados al torso?
-Se encuentra usted alojado en la Clínica psiquiátrica Menninger de Houston. Su caso fue presentado durante la mañana de hoy. Le aseguro que contamos con los profesionales y cuidados que usted necesita para mejorar su condición mental
-Así que creen que estoy loco. Y déjame adivinar, éste es el manicomio privado más costoso de todo el estado de Texas y sorprendentemente estoy aquí, sin seguro médico ni gente que me ame tanto como para pagar tan absurda cantidad de dinero por alguien como yo. Y me dicen a mí loco...

El doctor quedó perplejo por la elocuencia de Julio, pues no concordaba con el diagnóstico inicial de su historia clínica. 

-La verdad es, señor Hughes, que todos sus tratamientos en este centro asistencial han sido costeados por entero
-¿Quién ha sido el responsable?
-La responsable, una chica muy elegante y preocupada porque usted se recupere adecuadamente. No recuerdo cómo se apellida
-Eliana-pensó.

-Es tu destino...-, súbitamente se puso de pie y empezó a forcejear contra el camisón. Enseguida el doctor llamó a su equipo para sujetarle, cosa que resultó complicada. Le propició como pudo una cantidad generosa de sedante, que le haría cerrar los ojos por un par de horas más.

Quince años atrás.

"Fue un pensamiento de suma envergadura, punzante entre sus objetivos, sepultados entre sus ganas hacer del mundo un lugar mejor", fueron las últimas palabras pronunciadas en un programa de televisión que hablaba de Hitler, en el canal de historia. -Me sale hasta en la sopa-, se dijo para sus adentros. Aquel hombre temible logró asestar un golpe devastador al rumbo que seguía el mundo hasta ese momento, y por poco no se salió con la suya. 

-¿Es que acaso hay que armar un ejército de asesinos y aniquilar a todo aquel que no crea que la sociedad necesita un cambio?
-A veces hace falta más que una rosa para ganarse la sonrisa de alguien que te gusta, ¿no crees?
-Fred, no me estás entendiendo. Lo que los pueblos necesitan no puede conseguirse con tanto consumismo, menos en una floristería
-¿Qué tiene que ver el consumismo con lo que me estás diciendo?
-Olvídalo. Fred, el punto es que si no hacemos algo pronto, nosotros mismos destruiremos lo que somos. Si no me crees, fíjate en la indiferencia de tanta gente ante la difícil situación que pasan los pueblos independientes más pobres, mueren de hambre y enfermedades que deberían no existir. La deficiencia de los sistemas gubernamentales para organizar ayuda comunitaria es cada vez peor. Digo, que como el dinero es la única salida aparente a todos los problemas, somos dependientes de su uso y cada vez la corrupción crea más delincuentes que desfalcan el esfuerzo, traducido como dinero, de quienes lo consiguen materializar. No es cuestión de que haya algunos con buenas intenciones, sino que hay muchos que no quieren tenerlas. El problema es la actitud. Una persona que pide limosna se aprovecha de un corazón magnánimo para comer, pero nunca se sabe si esa mísera persona no posee frivolidad entre sus fines. No puedes confiar completamente en quien te rodea, a menos que sepas que el otro daría la vida por protegerte ¿A qué hemos llegado con tanta historia escrita con sangre y adornada con terror?
-Deja de darle vueltas al asunto, ¿quieres? Ya me tienes mareado. Termina tu almuerzo y salgamos de una vez
Una espléndida mañana de invierno, Julio despierta por primera vez, notando que la pared en frente de él tenía un propósito, uno que ya había cumplido sin haber hecho nada al respecto. Era como si el propósito de esa pared ya estuviese escrito, sin haberse cumplido todavía. Todo era más simple. La vida tenía un nuevo significado. Las formas estáticas que pudo apreciar esa mañana le ayudaron a comprender que cada cosa sigue su curso, afectando sólo a su propósito de existencia. Es decir, cada cosa tenía un sentido, algo que hacer en el mundo, pero ese hecho no modifica al sentido de las demás cosas, es más, no tiene por qué hacerlo. Si cada cosa resulta hacer su parte, todo en el universo fluirá en armonía para que todo funcione como tiene que ser, y no será necesario que una sola y pequeña cosa quiera cambiar el rumbo de todo lo que no parece ir bien. En realidad, todo va bien. Incluso el mal va bien. Pues, la ausencia del bien hace notar cuán necesario es para coexistir y aprender de las experiencias y de otros. El mal es bueno. Todo tenía sentido. El cambio sólo es factible cuando el curso de una cosa afecta a la otra, produciendo una reacción en cadena. Mientras más grande es la cadena, más significativo será el cambio. Pero, ¿qué pasa si una de las cosas quiere saltar toda esa larga cadena y propiciar una salida mejor para los problemas en todo el cosmos? Julio era pues, esa pequeña cosa, o eso quería creer que era; y esa duda fue la que le incentivó a continuar en su exploración de nuevas ideas para crear un cambio definitivo, que marcaría el inicio de una nueva era para la raza humana.

A sus 18 años no había tenido todavía un verdadero romance. Otros decían que era demasiado joven para eso, es decir hay mucha gente mayor de 30 años que ni siquiera ha salido del mundo del sexo y el vacío emocional. El sentía algo diferente. Sabía que podía sentir ese sentimiento de una forma inexplicable, como si fuese todo un experto en divorcios. Este tema era de vital importancia para su autoestima y su fluida coexistencia con el resto de los mortales. Consumido por sus consecuentes fracasos, nunca quiso darse por vencido. Pudo haber caído mil veces, pero ni en el jamás de los jamases mostraría su bandera blanca. Su lema favorito era "nunca rendirse", del cual se dejaba llevar como excusa para disfrutar de la vida. O quizá era demasiado orgulloso. El hecho es que su enorme ímpetu lo caracterizaba por destacar entre sus semejantes. Julio era un soñador, un iluso e intenso entre sus pasiones. Allí está la gran pregunta, ¿qué podía apasionar a un chico de aspecto tan melancólico? Lo que disfrutaba profundamente y lo que creía que no podía tener; la música, la lectura, explorar otras culturas y por supuesto, el amor.

-Julio, ¿te has visto a aquella chica de lentes?
-Pues sí Fred, la verdad no me parece interesante
-¡Anda pero que te has hecho exigente! Desde que terminaste con esa noviecita de pacotilla no has querido involucrarte emocionalmente con nadie. Y tanto te cuesta darme un gesto de aprobación, como para afirmar que sí es linda. Me dejas frío...
-No es eso... muy bien sabes que nunca llegué a tener un romance. Además, sí me parece bonita, sólo que no me parece interesante, pues no la conozco ni le noto la chispa que tanto me encanta
-¿Quieres que me aparezca con la mujer maravilla y te diga, ¡eh Julio, mira a quien traigo para ti!? Ja ja ja tú necesitas relajarte, entrar por otro camino al asunto
-Ja ja, quizá tengas razón. Yo quisiera ser como tú y no tener que darle importancia a esos palurdos sentimientos. Así podría tener la chica que se me antoje sin involucrarme sentimentalmente, así disfrutaría mucho más de la vida
-¿No quieres darme un hijo también? Ja ja... Pero qué cosas dices enano... ¡Mírate! Apenas tienes 18 años y ya te estás matando por conocer a alguien especial? Eso no es así de fácil. Además no tienes idea de lo que dices. Tengo muchas chicas a mi alrededor, es verdad, pero no es menos cierto que eso sólo me hunde más en la depresión y no me deja apreciar los pequeños momentos que me regala la vida, esos que sólo llegan con el verdadero amor... pero qué más da, me estoy poniendo muy cursi ya. Pásame un cigarrillo y termina tu cerveza, que tenemos que estar en casa de Mandie antes de las 8.
-Cómo te admiro, grandísimo bastardo...
-Púdrete hasta el amanecer...

Risas. Estos insultos reflejan tanto el cariño como la confianza que se tienen mutuamente.

Así que desde el principio, todos aceptamos jugar el juego del destino. Las reglas son bien conocidas. Su orden es controlado por alguien más fuerte, un ente superior, capaz de dirigir a los participantes hacia su punto de llegada, armando cada casilla como un encuentro necesario en el gran tablero de la vida. Cada encuentro es requisito para completar el juego exitosamente. Pero, ¿qué pasa si quienes participan no son realmente quienes hacen sus jugadas? ¿Qué ocurriría si realmente no fueran ellos los participantes, sino las diminutas fichas de un juego sin fin ni sentido? Si esto fuera cierto, el sentido de la vida podría alterarse bruscamente para él. No tenía por qué preocuparse por saber el significado de todo lo que le parecía desconocido, pero él elegía hacerlo porque sentía la responsabilidad de descubrirlo y enseñarlo a otros.

-Basta ya...
-Ataca con todo lo que tengas, mi esperanza será tu fin

...


Luis Miguel

Sin Rumbo...El inicio del camino.

Hay quienes se pasan toda la vida esperando, como en los cuentos, un final feliz; otros se conforman con seguir su camino sin preocuparse del fin de sus vidas. ¿Yo?, yo ya no sé qué esperar…

Mi nombre es Gabriela; bonita, de sonrisa fácil, y buena hija, en pocas palabras: bastante común.  ¡Ja, Si claro!, eso lo dice alguien que tiene su propia Asesora Personal  y una foto suya -de casi 50x20 m- haciendo de modelo publicitaria para Calvin Klein en la Autopista Regional de LA.

Mis padres son divorciados, cada uno tiene sus “nuevos pegostes” como suelo llamarlos yo. Vivo con  papá  y su esposa a las afueras de la ciudad de Los Ángeles, lindo lugar si te gusta vivir como princesa y estar rodeada de estrellas de cine o gente famosos las 24 horas al día. Sin embargo, después de 23 años siendo la hija de un Magnate de Hoteles, y más de la mitad de ese tiempo  actuando;  estas “peculiaridades” ya son parte de mi vida cotidiana.

Mamá, por otro lado, es clase aparte. Cada año voy a visitarla a su casa en las Montañas de Jaw’s . La vida allá es tranquila, no hay tanta bulla ni lujos excesivos; la casita está en pleno claro del bosque y a menos de una hora hay un pequeño lago con su propia cascada. Es fantástico estar rodeada de tanta tranquilidad, y creo q por eso mi madre dejó a papá hace tantos años atrás. Y es que, no la culpo; a veces ésta vida puede ser sumamente perturbadora.

Nunca me he considerado una niña plástica, hipócrita tal vez, pero nunca plástica; aunque a veces, creo que esa es la impresión que doy de mi misma. Tengo montones de conocidos y, ¿para qué voy a mentir?, todo el mundo quiere estar conmigo, me hacen regalos, me invitan a las mejores fiestas,  salimos de compras, me halagan y me invitan a sus casas a “pasar el rato”.  Pero, por más que me sienta en mi mundo haciendo todas esas cosas, entre esa gente, nadie vale la pena; creo que hasta ni yo, te puedo asegurar.

-¡Hey bonita! ¿qué tienes hoy para mi?- Me dice Greg mientras me toma de la cintura y me aprieta  obscenamente contra si. Catalogado el adolescente más sexy en todo el mundo; Greg Hudson protagoniza al guapísimo  Don Juan del la última serie para adolescentes “Caza Vampiros Jack”.

-¿Qué te parece un rapidín en el carro y así te muestro  mi más reciente conjunto  de CHNY?- respondo rozando con mis dedos su pecho descubierto que se asoma por la camisa de seda abierta.

-Mmm, eso suena bien.

-Eso pensaba yo- digo tomando su mano para guiarlo hacia la puerta trasera del jardín de Mady Foster, La Barbie de Malibú o, la “Zorra de Hollywood” como decimos por acá.

Greg y yo, por más que las apariencias engañen no somos nada, simplemente dos adolescente con las hormonas alborotadas que tienes sexo tres veces por semana, pero sin ninguna relación emocional; y es que Greg es un simio, no puede mantener una conversación decente por más de 5 minutos, sin embargo, te puede hacer acabar más de dos veces en un solo encuentro  y es por eso que tolero ésta clase de “intercambio de tiempo” con él.

-No puedo creer que todavía sigas con eso de dejar que Greg se valla con esa zorra de Mady. Gab, ¿estás loca?.- grita Casy, la loca de Casy, creo que me atrevo a decir: Mi amiga Casy. Nos conocimos en la fiesta de inauguración de uno de los hoteles de papá; esa noche tenía un mareo impresionante y cuando fui al wáter a terminar con mi suplicio, me encontré con Casy fumando dentro, inmediatamente apagó el cigarro y me ayudó a arreglarme un poco. Cuando terminamos ya había pasado un cuarto de hora y encontramos que éramos las únicas en el water, así que Casy de la nada sacó dos cigarros más y me ofreció a que la acompañara y sin más, nos quedamos casi que toda la velada conociéndonos y compartiendo ese primer inicio de una vida llena de vicios. Luego de esa noche ya éramos inseparables; ambas conocemos tanto de la otra que hasta podíamos decir cuántos orgasmos hemos tenido y con cuáles chicos.

-Te recuerdo que no tengo nada con Greg, Casydi, y si dejo que se vaya no es porque se lo esté dejando a Barbie zorra, sino porque ya estoy cansada de él.

-¿Cansada de Greg?. Tierra a Gabriela…¿estás demente?. ¿Con cuántos protagonistas “del momento” tiene una un romance? No con muchos, no me digas que vas a dejarlo así como así.

-¡Bastantes a decir verdad!, y como ya te dije, estoy aburrida de él.

-Mmm…Eso mismo dijiste con Taylor, también con Luigi y con ese actor británico que te llevaba como 7 años.

-¿James?.

-Ya no me acuerdo el nombre. El punto es Gab, que nunca te mantienes estable, parece que nada es suficiente para ti, y ¡ya me estoy cansando de esto!. Ya no somos las chiquillas inmaduras de antes; locas si, pero no inmaduras. Hemos crecido y por el rumbo que están tomando nuestras vidas, no llegaremos a ancianas y con una carrera en el mundo de la moda si seguimos con los excesos. ¿Es que acaso no has pensado lo mal que decae tu reputación cada vez que te vas con algún tipacho nuevo?.

-Hay ¡por favor Casy!, adoro mi vida tal cual como es y no quiero cambiarla por nada; y ¡tranquila! Que no pasa nada.- ¡Sí, claro!. Pienso para mí misma. Lo cierto es que detesto mi vida, preferiría ser alguien normal que no tuviera que preocuparse por quién habla a sus espaldas o , quién es en verdad la persona que está parada frente a mí: si un personaje más inventado por él mismo u otro hipócrita de pacotilla.

-Bueno, si vas a seguir con todo esto, entonces que espero que sea bueno para así poder reírnos de los comentarios estúpidos que pongan eso babosos de los paparazis; ¡Ja!, ya me estoy imaginando lo que pondrán. Eso sí, que quede escrito que traté de razonar contigo. Si algún día decides acabar con ésta farsa me avisas.- dice, agarrando su nuevo bolso Luis Vuiton y saliendo por la puerta del salón de mi casa.

Lo que Casy no entiende es que estoy cansada de todo o…tal vez lo hace; pero, ésta es la única vida que conozco y sé manejar. Sí, okey, existe la vida que tomó mi madre, pero….¿en serio esperan que pueda vivir yo esa vida?. Yo no; no creo ser tan fuerte para alejarme de esto, de lo seguro, del mundo en que no tienes que mostrarte tal cuál eres, sino comportarte como espera la sociedad: todo escándalo, bulla y fiestas por doquier; todo sonrisas y belleza, todo plástico; mucho más manejable que la realidad de la vida.
Desgraciadamente, en algún momento tendré que dar ese paso, pero por ahora, seguiré con mi vida, total... ¡todavía soy joven, y sigo siendo una estrella de cine!.


Recuerdo que una vez iba caminando por el lago dónde vive mi madre, en aquél entonces tan sólo contaba con unos 14 años; me deshice de mis zapatillas y deslicé mis desnudos pies en el agua helada, y estuve ahí un rato…pasó el tiempo y recuerdo que en todo momento que estuve sentada contemplando la tranquilidad de mi alrededor, me sentía en paz conmigo misma, sentía que en ese lugar ya no importaba nada ni nadie y que podía actuar como realmente soy yo. No tardé mucho en darme cuenta que la vida no es así en realidad.

Esa tarde cuando volvía de mi caminata, encontré a mi madre en el porche de la entrada ayudando a un joven a organizar unos paquetes que traía de entrega para la casa. Su nombre era Aaron, alto, moreno y con una linda sonrisa y mucha labia para tener apenas 20 años; pero eso fue lo que me hechizó, eso y tal vez el hecho de que era la primera persona en mi vida- a excepción de mis padres- que parecía verme por lo que yo era y no por mi carrera de “niña famosa”.

A partir de aquél entonces , Aaron y yo nos veíamos cada vez que iba a visitar a mi madre, y cada vez, él me sacaba a pasear, me enseñaba los alrededores y hacía que mi corazón latiese con mucha más rapidez que antes. En el verano de mis 17 años Aaron me dio el regalo más bonito del mundo: mi primera vez. No les voy a mentir…¡Fue bonito y placentero pero no lo que yo esperaba!; quizás fuese el hecho de que yo no la amaba- ni siquiera hoy en día sé lo que es amar a alguien- o tal vez fue, que luego de que todo pasó, Aaron me llevó a mi casa y me dejó ahí sin ni siquiera  un beso de despedida. El punto es, que luego de aquella vez, Aaron ya no me trataba con tanta ternura como antes sino que siempre era apresurado, a su manera y sin la más mínima muestra de cariño. Luego me enteré que él nunca me quiso sino que para sus fines, yo simplemente era la persona con la cuál descargar toda su frustración ya que Marie, la hija del panadero, no quería “donársela” como quién dice.

De ahí en adelante procuré no mantener relaciones sentimentales con nadie, pues una nunca sabes quién será el próximo en decepcionarte.

Digamos que algo bueno – en parte malo- que saqué de todo el asunto con Aaron, fue mi curiosidad por el sexo, y ésta no tardó en saciarse.  Alex; maduro, intenso, músico; ¿qué más puede pedir una chica?, dónde yo era inocente, él era el epítome de la decadencia, dónde yo nunca había pisado, él era el dueño del terreno. Mi maestro y mi confidente. ¿Mi hobby favorito? Hacer lo que él quisiera que yo hiciese.

Con él crecí, aprendí de lo vicioso que puede llegar a ser cierta situación, acto o sustancia; con él sacié mi curiosidad y aprendí de más.

Hasta que la vida hizo acto de presencia con sus garras que arañan el mundo de fantasía y te abren los ojos a la realidad. Alex se comprometió con su novia de toda la vida, digamos que yo simplemente entré en el momento de su vida en el cuál ellos no se veían por problemas de pareja. No lo voy a negar, me dolió la noticia, pero Alex siempre fue mi amigo primero que todo, así que el día de su boda me arreglé lo mejor que pude y disfrutamos de lo lindo cantando, bailando y bebiendo hasta el amanecer, donde más nunca lo vi, luego de su viaje de Luna de Miel. Digamos que seguimos en contacto por la buena amistad que mantuvimos durante los años, pero más nada. Sólo amigos, nada de amantes, nada de maestro y alumna, sólo amigos.

Poco a poco, fui creciendo cada vez más, y con eso vinieron los excesos- mayores que los anteriores- las nuevas “amistades”, los nuevos romances, y la vida continuaba.

Actualmente no sé qué esperar de la vida, ni del rumbo que está dando. Digamos que ya no me importa lo que ocurra, sólo espero poder ser capaz de arreglar mi camino a tiempo y dejar de ser tan cobarde y poder adentrarme de nuevo en la felicidad de la vida. Creo que todavía me falta por vivir para decir qué es en realidad lo que me depara el destino. Hasta entonces seguiré siendo la misma. Total, nunca se es tarde para cambiar….¿verdad?



Nota: éste relato es el inicio de una serie de cuentos que espero poder seguir bastante apegada al tema original. El final....bueno digamos que no es un final en sí sino más bien todo lo contrario; es un inicio a esta peculiar entrega que quiero relatarles. En ella se van algunos de mis años y uno que otro toque de fantasía. En pocas palabras, espero que sepan entender y no confundan la realidad con el cuento. Que los disfruten y hasta la próxima entrega.

Daniela

Especial San Valentín

Amigo, vínculo afectivo, alma gemela, ser querido. Amor. Parece que son palabras fáciles de entender. Tienen un significado distinto dentro de cada corazón. Las ideas de quien intenta comprenderlas, nunca convergen en un mismo concepto. Así de única es esa emoción.

El Amor. Escribe infinitas historias cinceladas en cada corazón, grabadas en el firmamento, y sepultadas en el tiempo. Algunas son eternas, otras muy duraderas. Resiste y reniega ante la fugacidad. Una vez que surge del alma, hace muy bien su trabajo. Es por ello que cuesta tanto olvidar lo que se llegó a sentir alguna vez; la memoria lo ha retenido y acogido como un tesoro, acuñado entre los recuerdos más valiosos de la mente. Bastaría con modificar la comprensión de la realidad para olvidar una idea, un pensamiento, pero nunca un sentimiento.

Fuerza frugal, energía universal que impulsa y dirige el curso transitorio de la vida. Nadie escapa a su poderío. Existe este día, para conmemorar su importancia. Si alguien me pregunta qué es el amor, no podría responder sin dejar insatisfecho a quien me hizo la pregunta. Supongo que si alguna raza superior llega a invadir la tierra, se las verían negras para entender el misterio más incomprensible de todos. El misterio del amor. Qué místico y profundo...

Una madre que da la vida por sus hijos, un padre que dejaría todo por hacer que sus hijos sean felices, mejores amigos que saben que el otro es su alma gemela, una pareja que ha descubierto el amor incondicional... esas personas tienen el don de saber su significado más puro.

Más tarde crearé una entrada, escrita en la luna y dedicada a quien la lea.

Feliz día para todos.

Luis Miguel

El bardo y el rico


Londres, 1462

-Lo peor de disfrutar de una fiesta es que habrá más que limpiar al final, ¿no es así Rita?

-Mis disculpas señor, pero usted ni se moleste pensando en el orden y la limpieza de su flamante mansión. Yo me encargaré de dejarla como nueva otra vez

-Si algo tienes tú que otras sirvientas no tienen, es espíritu de trabajo

-Con su permiso mi lord...

Rita se retira. Entra Flavio, futuro heredero del señor John

-Papá, sinceramente estoy harto de recibir tantos regalos, no soporto ya la hipocresía de esos terratenientes que dicen ser amigos tuyos

-Espero que lo digas en broma, esas personas tienen buenas intenciones y les va muy bien en lo que hacen

-Debes ser tú quien bromea, ellos sólo explotan a sus esclavos a cambio de nada. Es más, quiero trabajar lo antes posible...

-Hijo, ¿por qué qué quieres trabajar tan joven?

-Quiero tener dinero papá; irme lejos a un lugar que todavía esté vivo y no muerto como aquí

-¿Dinero? ¡Si eso es lo que nos sobra! Irte a otro lugar para vivir como cerdo sería completamente absurdo

-No lo creo. Y ya no quiero tu cochino dinero. Quiero ganarme la vida en la calle como el pueblo común, que sudan cada centavo con esfuerzo. Ellos son realmente felices, nosotros no.

-De todos los hijos que hay en la tierra, tú Flavio, eres el más indecente de todos. Quién sabe qué habré hecho yo para recibir este trato de mi hijo único ¿Acaso no sabes lo feliz que eres con todos los lujos que me gasto en ti?

-¡Al diablo con tu puto lujo! Iré a Francia a vivir como gente normal. Tú no conoces la felicidad, y creo que nunca lo harás

-¡Tu madre debe estar retorciéndose en la tumba por las barbaridades que dices! Ni se...

Flavio le interrumpe con un golpe a la pared, toma una pequeña bolsa llena de monedas y tira la puerta al marcharse.

Lyon, 1469

Aprendió el francés en sólo cuatro estaciones. Siete largos años han pasado para Flavio. Hoy contempla su vigésimo séptima primavera de vida. Estaba allí todavía con sus crecientes ganas de desahogarse contra los ricos, y su profesión se lo permitía casi abiertamente.

-Despierta, amor, se te hace tarde para ir a trabajar y ya otros ocupan las mejores plazas-trae un par de rosas blancas consigo, se las da a Flavio-, ten querido, feliz cumpleaños-termina su frase dándole un beso en la mejilla-

-Muchas gracias querida, pero mi juventud se desvanece, no es motivo para celebrar las canas que me crecen

(Risas)

-Vamos, deja el drama. Levántate y guarda las rimas para el carnaval veneciano en París

-Mis oídos deben estar...

-Sucios no. Has escuchado bien, nos vamos a París a entretener a los nobles

-Qué curioso. Alguna vez soñé con esto de chico

-Coge tu cítara y estemos listos para cuando llegue nuestro transporte

Una carreta muy elegante con un par de caballos negros los recoge. En unas horas arriban a las afueras parisinas.

La noche arropa a los galos. Flavio afina su instrumento mientras Claire, su novia, limpia el suyo. Practican y entonan su voz antes de la llegada de la realeza a la fiesta. El sitio era muy bien decorado, colorido e iluminado. Malabaristas y pirómanos se adueñaban de la atención.

Flavio sintió el deber de dedicarle a Claire su canción favorita, mientras esperaban por los nobles invitados.

-Un simple y verde camino, camino gris
hace bella una simple y gris, gris morada
Por ser tan gris te has topado con el gris, gris amor
tan rebelde y gris contra el azul, gris amanecer

Si esa es tu gris forma de amar, gris amor
que sea ese el mejor de todos, gris y no azul
porque el gris no es negro ni blanco, sino gris
y grises para mí son tus caricias, tus risas y tus labios

-Es tu cumpleaños y tu regalo hace que el mío parezca un chiste ¡Te amo Flavio!

-No es así... Hoy será un día especial gracias a que tú estás junto a mi

Ha llegado la realeza, lista para entretenerse y pasar un buen rato. El rey grita.

-¡Venga, que me quiero divertir! ¡Bardos de pacotilla, haced lo vuestro!

-¡Místico lombardo, desde tus anchas me he curado! 
¡Maldigo a quienes te rodean y a quien lealtad te ha jurado!
Oh grande y piadoso odio, todo pueblo a ti te escucha
Hazte dueño de las almas y derrama la tinta de esta lucha

Creación del rey, destrucción de nuestra gente
Opulencia en el poder y penuria en el ambiente
Divino sea el poder de aquel quien asesinarte pueda
La justicia castiga al que a todo bien enreda...

-¡Flavio! ¿Te has vuelto loco coño?

-La verdad no engaña la vista de nadie, pero tampoco la empaña... ¡Joder, vayan todos a que os den por el culo! ¡Me cago en la nobleza y en vosotros, los manipuladores de primera! ¡Dais asco!

Flavio le arrebata la flauta a Claire y la lanza precipitadamente contra el príncipe, quien responde a tiempo y la esquiva.

Caen, 1474

"Mi celda tiene un ambiente relajado hoy; el resto de los reclusos sigue durmiendo. No estoy ni cerca de cumplir mi condena ni cerca de morir aquí. Qué desgracia. Si fuera más creativo hubiera encontrado una manera de suicidarme. Supongo que mi falta de cabello y mi ojo derecho vacío me hacen tomar en cuenta el hecho de que todo puede salir peor, sólo hace falta imaginarlo. Mi sueño quedó hecho trizas, cortado a la mitad, y yo desamparado. Recuerdo aquel exhausto día que llegué a casa de mi primo en Lyon, embriagado entre mis sueños e inquietos deseos de tener una vida diferente a la que llevaba en Londres. Pensé que Galia llegaría a ser diferente en ese aspecto, aunque resultó que el síndrome dinero-explotación-abuso estaba esparcido por toda Europa. Qué remedio. Al menos en Lyon se come bien, la gente es más educada y respetan más a las personas por lo que son, y no por lo que tienen. Mi padre podrá pasar toda su vida buscándome, de hecho me conoce tan poco que jamás se imaginaría que el hijo de su cuñada vive aquí, aun menos que yo tenga contacto con él. Pobre padre mío, loco por el dinero y ciego en la vida. Más ciego que yo con este parche. Volviendo a mi primera reminiscencia, qué duro fueron los dos primeros años desde aquella fuga de casa. Sólo empezaron a ablandarse aquel divino otoño de 1464, cuando te conocí a ti, amada Claire, una sombría tarde de agosto en la Place des Terraux. Has sido la persona más emblemática para mí; tú eres la antítesis de la personalidad que más detesto. Tu profesión me atrapó y me dio lo que todo este tiempo anduve buscando; expresarme libremente y sentirme vivo en el intento. Aprendí a tocar la cítara entre tus risas quisquillosas cuando me equivocaba, que resultaban adorables al final. Qué hermosa sonrisa. Adoraba quedarme viéndote fijamente, mientras tú hacías lo mismo, y poco a poco nuestras manos se cruzaban en el aire, como por efecto del viento. Empecé a sentir amor por primera vez. Claire, si estás leyendo esto, probablemente no sigo con vida. Quiero que sepas que lo eres todo para mí, y cada día de mi vida me arrepiento de haber pronunciado aquellas palabras, que sentenciaron mi condena para siempre, y me separaron de ti eternamente. Eres lo único que me importa. Espero algún día me perdones." 

-¡Ja! ¿Estás de coña hoy? Todavía no me explico... ergh... como... ergh... escribiste todo esto mientras yo dormía... Esto es pura mierda...ergh...tío... ¿en serio crees que la vas a recuperar así?

-Todavía no entiendo cómo un recluso y borracho como tú puede leer y entender esas palabras, como si alguna vez lo hubieses sentido

-Ergh... ser melancólico y vivir en tanta depresión como lo reflejan estas putrefactas páginas de tu amargado diario...ergh... no te ayudarán a seguir adelante...ergh...precisamente adelante...

-Que te den, Emile

Se acerca un sonido estridente producido por el toqueteo de las armas de los guardias con los barrotes.

-¡A PARARSE YA GUSANOS! ¡HOY ES EL DIA DE LA GRAN CARRERA ANUAL!

Uno de los guardias se acerca a Flavio y le susurra.

-Eh, tú has estado poniéndote en forma estos meses. Más te vale ganar sabandija, el príncipe ha apostado generosas monedas por ti

Los prisioneros se alinean en el campo, seguidamente se oye un disparo. Empiezan a darle la vuelta interna a las instalaciones de la prisión, superando obstáculos y trampas mortíferas. Cien empiezan, diez terminan como mucho. Flavio utiliza su ingenio e intenta escapar por quinta vez del recinto. Se escabulle entre una cerca entreabierta y apalea a un guardia que vigilaba una torreta de seguridad, se pone su uniforme y se tapa las mejillas con el particular casco. Va hacia el puesto de seguridad principal, en donde se guarda la llave principal de la entrada. Logra entrar sin problemas, gracias a que se había fijado en el movimiento de labios de varios guardias cruzando aquella puerta.

El exento bardo consigue la llave y por fin logra salir de prisión. Se aleja lo más rápido posible, aunque caminando a cortos pasos para no levantar sospechas. Estando ya a un par de kilómetros decide recostarse en un banco. Bastaron unos instantes para recordarle que no llevaba su cítara consigo, ni trabajo con que comprar alimento. Sombría tarde de otoño, casi de noche, hambriento, observa una bandada muy poco común de maleantes vestidos con ropas oscuras y armas peculiares yendo en dirección de su poco añorada prisión. En segundos llega otra bandada de los mismos personajes corriendo en la misma dirección. La gente grita, los mercaderes tratan de proteger su mercancía, correteos, robos por doquier. En medio del caos, a Flavio se le ocurre investigar y utiliza su recién adquirida corpulencia para derribar a uno de ellos. Le interroga pausadamente, pero sólo consigue averiguar su procedencia, antes que el bandido lograra zafarse y huir.

-Son irlandeses-se dijo-, pero ¿a qué han venido?

No le gusta la intriga, argumento suficiente para seguirlos sobre un caballo robado. Es la misma ruta que recorrió hace rato. Galopando de vuelta a la prisión, unos 500 metros antes de la entrada, se topa con una figura encapuchada, con un par de sogas a mitad del torso, estuches y bolsillos por doquier. Su caballo rampa justo a tiempo para no arrollarle. El dueño de la silueta oscura pierde el equilibrio y su capucha se zafa de su posición original, mostrando la cara del sujeto. Es una chica, más delicada de lo que aparenta su aspecto. Flavius Evans desmonta el caballo para ayudar a la mujer que acababa de caer; justo antes de eso, ella le mira con desprecio y toma impulso con las piernas para dar una voltereta hacia atrás, apoyándose con los brazos en el piso, recuperando el equilibrio y su tenebrosidad anterior. Ella deja de verlo, vira todo su cuerpo y hecha a correr a grandes zancadas. El no lo piensa dos veces y la persigue. La intrépida mujer se da cuenta de que no está sola y acelera el paso; sube una pared de dos metros y medio en un par de saltos. La condición física de Flavio le concede fuerza, no agilidad. La perdió de vista en ese instante. Quedó bastante intrigado y decidió volver a montar el caballo, siguiendo su camino tras los bandidos irlandeses.

Llega al lugar y presta atención al encontronazo entre guardias y bandidos

-¡ENTREGANOS A EVANS O INCENDIAMOS EL LUGAR!

-¡Llevamos más de 3 horas buscándolo, le repito que ha escapado!

Aparecen las piezas del rompecabezas que tan difícil le había sido armar a Flavius , a quien se le pone la piel de gallina, por dos grandes razones. Primera, asocio el origen de los bandidos con su padre, quien era dueño del 80% de las tierras de producción en Irlanda y era dueño de un numeroso ejército personal. Segunda, ese es su apellido.

Enseguida da la vuelta al caballo y huye a todo galope. Entre los prisioneros alguien le distingue

-¡Allí está! ¡Es aquel jinete que huye como gallina!

No eran bandidos. Hubiese preferido que fuesen asesinos, pero nunca el ejército personal de su despreciado padre, quien finalmente lo había encontrado. Quién sabe lo que hubiera ocurrido si no lograba escapar esa vez. La suerte parecía tambalearse para él, pues como le brinda protección, así también lo acoge con el infortunio de poseer una curiosidad implacable. Ahora todos van tras él.

Cabalgar le ha dado la ventaja, pues ya no puede ver ni a uno de ellos cerca. Amarra a su caballo de un albergue para ponerse a cantar con las pocas energías que le quedaban, y así recibir algunas monedas para alimentarse a sí mismo y a su nuevo amigo. Conservaba algo de talento, sólo debía pulirse más.

Flavio decide volver a París, en donde vio a su amada por última vez. El sentía para sus adentros, que ya se había dado la vida que tanto añoraba. De humilde trabajador, capaz de llorar por alguien y no por dinero. De alguna manera se sentía realizado, pero aún vacío, sin el calor de su querida Claire. No tenía miedo de volver a esa ciudad, sabía que John Evans nunca se imaginaría que su educado hijo fuese tan imprudente y descuidado.

París, 1475

Pudo arreglárselas para comprar una cítara nueva, su característico atuendo y alquilar un puesto cerca de la catedral de Notre-Dame, cerca de una plaza, justo como a él le gustaba.

Una mañana de invierno se despertó con el usual ruido de las personas en torno a la catedral, y se dispuso para ir a trabajar otra vez. Había compuesto un tema dedicado a su padre el día anterior.

Entona sutilmente en su escala preferida, acompañando la letra.

- Sorda vida. Vida querida y añorada, yo que tanto te merezco
Escucha mi versión sobre ti y entérate de cuanto te agradezco
Por haberme traído a una ciudad de tal talante y  pintoresco
Me hace sentir como si aquí siempre estuvo mi verdadero parentesco

Poco sorda vida mía, te presento a mi burdo padre, tan vulnerable
Escucha mi versión sobre ti y cántale a su triste alma deplorable
Sécale su llanto con tu melodía y déjale ver cuán ruin y poco amable
De su actitud, y que la humildes y el cambio es siempre asequible...

Recibe aplausos y monedas con esa actuación. Va a por su almuerzo en su lugar favorito. Termina de comer, voltea a su lado derecho y nota que alguien dejó caer un cuaderno. Se acerca a verlo. No puede creer lo que ve. Es el diario en el que había escrito todo lo que le sucedía en la cárcel, le faltaba la última página. Creyó haber visto al dueño marchándose, aunque no estaba muy lejos. Se acercó a preguntarle en dónde lo había conseguido.

-Disculpe, mademoiselle ¿En dónde ha conse...

Flavio no podía respirar. Creía que le estaba dando un infarto.

-¿Señor, le ocurre algo?

-¡Claire! ¡Eres tú! ¡Claire Julien!

Ella tarda unos instantes en responder.

-Disculpa, yo...

La emoción de Flavio se apoderó de él, abrazando a su novia de cinco años como había imaginado que lo haría si la llegase a ver otra vez. Ella lo abraza también, con algo de recelo.

-¿Qué pasa amor mío? ¿Todavía estás incrédula y no crees que soy yo realmente? ¿Acaso no recuerdas cuando cantábamos juntos en las plazas de Lyon? ¿O es que ya has dejado de quererme?

Claire propicia un grito estruendoso que sorprende a Flavio y lo deja aturdido por unos instantes. El se desespera por aquella reacción y la coge con fuerza, tapándole la boca y arrastrándola contra el peso de su propio cuerpo. La toma por el cabello para controlar sus impulsos agresivos repentinos. Flavio no tenía idea de lo que estaba pasando. Nota que le falta parte de su cabellera dorada por atrás, en forma de círculo, semejante a una mordida. La suelta.

-Claire, cálmate por favor. Dime qué te pasó allí, justo en la parte de atrás de tu cabeza

-Eso ha sido un pequeño golpe, nada más. Por cierto, tu aspecto es muy peculiar, te pareces al tipo que se describía a sí mismo en ese cuaderno, el mismo parche en el mismo ojo es lo que más me da miedo. Puedes quedártelo, ya lo he leído varias veces. No creo que llegue a conseguir a su dueño original.

Flavio sospechaba a dónde iba todo el asunto, aunque no quería admitirlo. Siguen con la conversación hasta un muelle cercano al río Sena.

-Yo soy Flavius Evans... y este es mi diario

El grito que pegó esta vez fue más ruidoso que el anterior. Claire se agita la cabeza con ambas manos, como si fuera a estallarle. Sin ver por donde pisa, cae al río. La corriente la arrastró por unos minutos. Flavio la rescata y le da respiración boca a boca. Ella tose y expulsa el agua. Le ha salvado la vida. Se acerca un anciano y una joven, vestidos igual que aquella mujer a la que vio Flavio mientras cabalgaba tras los irlandeses. Claire abre los ojos, y apenas ve a su pasado novio moviendo los labios, grita otra vez y empieza gotear sangre por atrás de la cabeza.

-¡Sabemos quien eres! Somos ladrones querido Flavio. Ella es de los nuestros. Ni se te ocurra volver a acercártele, o te matamos -dice la joven

-¡Ella no es ninguna ladrona! Desgraciados... ¡¿qué le han hecho?!

La joven se inclina para atender a Claire. El anciano se le acerca y le responde

-Nada hijo. Ella ha venido a nosotros, buscando un sentido a su vida, huyendo de su mundo y haciéndose experta en el nuestro... La razón de sus gritos eres tú.

-¿Cómo voy a ser yo? Maldito viejo, te voy a matar...

Saca un puñal de su abrigo y lo lanza contra la garganta del viejo. La joven hace un movimiento rápido y bloquea el puñal con su daga.

-Te lo diré una vez más...

-Basta Jacqueline, déjame explicarle... Resulta hijo mío, que ese golpe que viste detrás de su cabeza, le hizo perder la memoria, todos los recuerdos que tenía hasta el día del golpe fueron borrados. Es por eso que no puede reconocerte. Sabemos quien eres porque ella se la pasa hablando de ti, gracias a tu diario. Ella realmente no te conoce, ni quiere hacerlo. Los médicos y brujos nos dijeron que si se llegase a encontrar con su pasado otra vez, le traería fuertes dolores de cabeza e incluso una hemorragia. Así que, si la amas tanto como dices y quieres que siga con vida, debes mantenerte alejado de ella y olvidarla para siempre, como ella lo hizo contigo

Al escuchar esto, bañado en lágrimas y decepcionado de la vida, Flavio rompe su cítara contra la madera del muelle. Mira por última vez a Claire y se despide cantando su canción favorita.

-Un simple y verde camino, camino gris
hace bella una simple y gris, gris morada
Por ser tan gris te has topado con el gris, gris amor
tan rebelde y gris contra el azul, gris amanecer

Si esa es tu gris forma de amar, gris amor
que sea ese el mejor de todos, gris y no azul
porque el gris no es negro ni blanco, sino gris
y grises para mí son tus caricias, tus risas y tus labios

-Bendita seas Claire, eres la luz de mi mundo. Por eso te recuerdo, amada mía, que en este mundo no hay luz sin oscuridad...

Se sienta a observar el curso del río mientras los ladrones se marchan. Poco a poco se hace oscuro, y él se prepara para dormir por primera vez, durante toda la eternidad.


Luis Miguel