Sin Rumbo...El inicio del camino.

Hay quienes se pasan toda la vida esperando, como en los cuentos, un final feliz; otros se conforman con seguir su camino sin preocuparse del fin de sus vidas. ¿Yo?, yo ya no sé qué esperar…

Mi nombre es Gabriela; bonita, de sonrisa fácil, y buena hija, en pocas palabras: bastante común.  ¡Ja, Si claro!, eso lo dice alguien que tiene su propia Asesora Personal  y una foto suya -de casi 50x20 m- haciendo de modelo publicitaria para Calvin Klein en la Autopista Regional de LA.

Mis padres son divorciados, cada uno tiene sus “nuevos pegostes” como suelo llamarlos yo. Vivo con  papá  y su esposa a las afueras de la ciudad de Los Ángeles, lindo lugar si te gusta vivir como princesa y estar rodeada de estrellas de cine o gente famosos las 24 horas al día. Sin embargo, después de 23 años siendo la hija de un Magnate de Hoteles, y más de la mitad de ese tiempo  actuando;  estas “peculiaridades” ya son parte de mi vida cotidiana.

Mamá, por otro lado, es clase aparte. Cada año voy a visitarla a su casa en las Montañas de Jaw’s . La vida allá es tranquila, no hay tanta bulla ni lujos excesivos; la casita está en pleno claro del bosque y a menos de una hora hay un pequeño lago con su propia cascada. Es fantástico estar rodeada de tanta tranquilidad, y creo q por eso mi madre dejó a papá hace tantos años atrás. Y es que, no la culpo; a veces ésta vida puede ser sumamente perturbadora.

Nunca me he considerado una niña plástica, hipócrita tal vez, pero nunca plástica; aunque a veces, creo que esa es la impresión que doy de mi misma. Tengo montones de conocidos y, ¿para qué voy a mentir?, todo el mundo quiere estar conmigo, me hacen regalos, me invitan a las mejores fiestas,  salimos de compras, me halagan y me invitan a sus casas a “pasar el rato”.  Pero, por más que me sienta en mi mundo haciendo todas esas cosas, entre esa gente, nadie vale la pena; creo que hasta ni yo, te puedo asegurar.

-¡Hey bonita! ¿qué tienes hoy para mi?- Me dice Greg mientras me toma de la cintura y me aprieta  obscenamente contra si. Catalogado el adolescente más sexy en todo el mundo; Greg Hudson protagoniza al guapísimo  Don Juan del la última serie para adolescentes “Caza Vampiros Jack”.

-¿Qué te parece un rapidín en el carro y así te muestro  mi más reciente conjunto  de CHNY?- respondo rozando con mis dedos su pecho descubierto que se asoma por la camisa de seda abierta.

-Mmm, eso suena bien.

-Eso pensaba yo- digo tomando su mano para guiarlo hacia la puerta trasera del jardín de Mady Foster, La Barbie de Malibú o, la “Zorra de Hollywood” como decimos por acá.

Greg y yo, por más que las apariencias engañen no somos nada, simplemente dos adolescente con las hormonas alborotadas que tienes sexo tres veces por semana, pero sin ninguna relación emocional; y es que Greg es un simio, no puede mantener una conversación decente por más de 5 minutos, sin embargo, te puede hacer acabar más de dos veces en un solo encuentro  y es por eso que tolero ésta clase de “intercambio de tiempo” con él.

-No puedo creer que todavía sigas con eso de dejar que Greg se valla con esa zorra de Mady. Gab, ¿estás loca?.- grita Casy, la loca de Casy, creo que me atrevo a decir: Mi amiga Casy. Nos conocimos en la fiesta de inauguración de uno de los hoteles de papá; esa noche tenía un mareo impresionante y cuando fui al wáter a terminar con mi suplicio, me encontré con Casy fumando dentro, inmediatamente apagó el cigarro y me ayudó a arreglarme un poco. Cuando terminamos ya había pasado un cuarto de hora y encontramos que éramos las únicas en el water, así que Casy de la nada sacó dos cigarros más y me ofreció a que la acompañara y sin más, nos quedamos casi que toda la velada conociéndonos y compartiendo ese primer inicio de una vida llena de vicios. Luego de esa noche ya éramos inseparables; ambas conocemos tanto de la otra que hasta podíamos decir cuántos orgasmos hemos tenido y con cuáles chicos.

-Te recuerdo que no tengo nada con Greg, Casydi, y si dejo que se vaya no es porque se lo esté dejando a Barbie zorra, sino porque ya estoy cansada de él.

-¿Cansada de Greg?. Tierra a Gabriela…¿estás demente?. ¿Con cuántos protagonistas “del momento” tiene una un romance? No con muchos, no me digas que vas a dejarlo así como así.

-¡Bastantes a decir verdad!, y como ya te dije, estoy aburrida de él.

-Mmm…Eso mismo dijiste con Taylor, también con Luigi y con ese actor británico que te llevaba como 7 años.

-¿James?.

-Ya no me acuerdo el nombre. El punto es Gab, que nunca te mantienes estable, parece que nada es suficiente para ti, y ¡ya me estoy cansando de esto!. Ya no somos las chiquillas inmaduras de antes; locas si, pero no inmaduras. Hemos crecido y por el rumbo que están tomando nuestras vidas, no llegaremos a ancianas y con una carrera en el mundo de la moda si seguimos con los excesos. ¿Es que acaso no has pensado lo mal que decae tu reputación cada vez que te vas con algún tipacho nuevo?.

-Hay ¡por favor Casy!, adoro mi vida tal cual como es y no quiero cambiarla por nada; y ¡tranquila! Que no pasa nada.- ¡Sí, claro!. Pienso para mí misma. Lo cierto es que detesto mi vida, preferiría ser alguien normal que no tuviera que preocuparse por quién habla a sus espaldas o , quién es en verdad la persona que está parada frente a mí: si un personaje más inventado por él mismo u otro hipócrita de pacotilla.

-Bueno, si vas a seguir con todo esto, entonces que espero que sea bueno para así poder reírnos de los comentarios estúpidos que pongan eso babosos de los paparazis; ¡Ja!, ya me estoy imaginando lo que pondrán. Eso sí, que quede escrito que traté de razonar contigo. Si algún día decides acabar con ésta farsa me avisas.- dice, agarrando su nuevo bolso Luis Vuiton y saliendo por la puerta del salón de mi casa.

Lo que Casy no entiende es que estoy cansada de todo o…tal vez lo hace; pero, ésta es la única vida que conozco y sé manejar. Sí, okey, existe la vida que tomó mi madre, pero….¿en serio esperan que pueda vivir yo esa vida?. Yo no; no creo ser tan fuerte para alejarme de esto, de lo seguro, del mundo en que no tienes que mostrarte tal cuál eres, sino comportarte como espera la sociedad: todo escándalo, bulla y fiestas por doquier; todo sonrisas y belleza, todo plástico; mucho más manejable que la realidad de la vida.
Desgraciadamente, en algún momento tendré que dar ese paso, pero por ahora, seguiré con mi vida, total... ¡todavía soy joven, y sigo siendo una estrella de cine!.


Recuerdo que una vez iba caminando por el lago dónde vive mi madre, en aquél entonces tan sólo contaba con unos 14 años; me deshice de mis zapatillas y deslicé mis desnudos pies en el agua helada, y estuve ahí un rato…pasó el tiempo y recuerdo que en todo momento que estuve sentada contemplando la tranquilidad de mi alrededor, me sentía en paz conmigo misma, sentía que en ese lugar ya no importaba nada ni nadie y que podía actuar como realmente soy yo. No tardé mucho en darme cuenta que la vida no es así en realidad.

Esa tarde cuando volvía de mi caminata, encontré a mi madre en el porche de la entrada ayudando a un joven a organizar unos paquetes que traía de entrega para la casa. Su nombre era Aaron, alto, moreno y con una linda sonrisa y mucha labia para tener apenas 20 años; pero eso fue lo que me hechizó, eso y tal vez el hecho de que era la primera persona en mi vida- a excepción de mis padres- que parecía verme por lo que yo era y no por mi carrera de “niña famosa”.

A partir de aquél entonces , Aaron y yo nos veíamos cada vez que iba a visitar a mi madre, y cada vez, él me sacaba a pasear, me enseñaba los alrededores y hacía que mi corazón latiese con mucha más rapidez que antes. En el verano de mis 17 años Aaron me dio el regalo más bonito del mundo: mi primera vez. No les voy a mentir…¡Fue bonito y placentero pero no lo que yo esperaba!; quizás fuese el hecho de que yo no la amaba- ni siquiera hoy en día sé lo que es amar a alguien- o tal vez fue, que luego de que todo pasó, Aaron me llevó a mi casa y me dejó ahí sin ni siquiera  un beso de despedida. El punto es, que luego de aquella vez, Aaron ya no me trataba con tanta ternura como antes sino que siempre era apresurado, a su manera y sin la más mínima muestra de cariño. Luego me enteré que él nunca me quiso sino que para sus fines, yo simplemente era la persona con la cuál descargar toda su frustración ya que Marie, la hija del panadero, no quería “donársela” como quién dice.

De ahí en adelante procuré no mantener relaciones sentimentales con nadie, pues una nunca sabes quién será el próximo en decepcionarte.

Digamos que algo bueno – en parte malo- que saqué de todo el asunto con Aaron, fue mi curiosidad por el sexo, y ésta no tardó en saciarse.  Alex; maduro, intenso, músico; ¿qué más puede pedir una chica?, dónde yo era inocente, él era el epítome de la decadencia, dónde yo nunca había pisado, él era el dueño del terreno. Mi maestro y mi confidente. ¿Mi hobby favorito? Hacer lo que él quisiera que yo hiciese.

Con él crecí, aprendí de lo vicioso que puede llegar a ser cierta situación, acto o sustancia; con él sacié mi curiosidad y aprendí de más.

Hasta que la vida hizo acto de presencia con sus garras que arañan el mundo de fantasía y te abren los ojos a la realidad. Alex se comprometió con su novia de toda la vida, digamos que yo simplemente entré en el momento de su vida en el cuál ellos no se veían por problemas de pareja. No lo voy a negar, me dolió la noticia, pero Alex siempre fue mi amigo primero que todo, así que el día de su boda me arreglé lo mejor que pude y disfrutamos de lo lindo cantando, bailando y bebiendo hasta el amanecer, donde más nunca lo vi, luego de su viaje de Luna de Miel. Digamos que seguimos en contacto por la buena amistad que mantuvimos durante los años, pero más nada. Sólo amigos, nada de amantes, nada de maestro y alumna, sólo amigos.

Poco a poco, fui creciendo cada vez más, y con eso vinieron los excesos- mayores que los anteriores- las nuevas “amistades”, los nuevos romances, y la vida continuaba.

Actualmente no sé qué esperar de la vida, ni del rumbo que está dando. Digamos que ya no me importa lo que ocurra, sólo espero poder ser capaz de arreglar mi camino a tiempo y dejar de ser tan cobarde y poder adentrarme de nuevo en la felicidad de la vida. Creo que todavía me falta por vivir para decir qué es en realidad lo que me depara el destino. Hasta entonces seguiré siendo la misma. Total, nunca se es tarde para cambiar….¿verdad?



Nota: éste relato es el inicio de una serie de cuentos que espero poder seguir bastante apegada al tema original. El final....bueno digamos que no es un final en sí sino más bien todo lo contrario; es un inicio a esta peculiar entrega que quiero relatarles. En ella se van algunos de mis años y uno que otro toque de fantasía. En pocas palabras, espero que sepan entender y no confundan la realidad con el cuento. Que los disfruten y hasta la próxima entrega.

Daniela

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