Sin Rumbo.... Ser lobezna siendo corderito

La última vez que abrí mi cabeza a alguien y le conté lo que me pasaba, terminé entendiéndome un poco más a mi misma. Resulta que mucho de lo que aparento ser no es más que mi escudo contra el dolor y la pena, y ciertamente me dirán: coye, a todos nos pasa!.

A veces, si no es que todo el tiempo, pienso que no hay mejor mundo que me entienda que el mundo que creo en mi cabeza; esos desvaríos de pasión y fantasía en los que me aventuro la mayor parte de mi vida. Ahi adentro me siento querida, comprendida, apreciada, cero vulnerable...sólida.

En aquél mundo de emociones, soy yo en todas mis facetas, no me da miedo que me hagan daño puesto que sé cómo combatirlo; expreso mi ser libremente y a todos encandilo con mi presencia. Ahí soy simplemente Gabriela: fuerte, decidida, audaz, titánica, maravillosa, segura.

Ahí vivo, mientras que aquí existo.

Pero... no todo es como uno sueña que sea, y por más que aquí intente ser todo lo que Gabriela es en su mundo, la gente no lo valora como imagino que lo harán.

Por eso sigo siendo lo que ven, pero nunca expreso lo que soy en verdad.

Soy madre, maestra, amiga, hija y hermana; soy segura, precisa, calculadora y directa; soy jefa, subordinada, compañera de trabajo y hasta coordinadora. Soy recta, sencilla, un mástil, paño de lágrimas, confidente..... eso es lo que proyecto, así es como me ven....DIFÍCIL DE QUERER.

El otro día, decidí soltarme un poco, y como moneda de oro, entró en mi camino Sebastián: tierno, caballeroso, directo y un muy buen besador. Grandes referencias y excelente presencia; química pura y queso a millón.

Primera vez que me siento tan a gusto con alguien, me río, me relajo, converso sin problemas, me apoyo  sin dudarlo.

Quise sorprenderlo, y mi imaginación giraba a cada instante alrededor de su disfrute y su risa. Quise entonces, por primera vez, tener un poco de él, conquistarlo, poseerlo, plasmarlo en mi.

Fue ahí cuando, sin pensarlo 2 veces, me lancé a por lo que quería, por primera vez sintiéndome libre de expresarme sin tapujos, y recibir lo que quisiera darme sin reglas ni restricciones. No hablo de amor, hablo de existencia, de complacernos mutuamente, de compartir mi persona con la suya, así que sí....tuvimos relaciones.

Nunca me arrepiento de lo que comienzo, y fue mi idea desde un principio. Puse mis cartas en la mesa y me entregué al destino. Siguieron los mensajes, las llamadas y las salidas y con ellas el MIEDO.

A simple vista, todo pareciera como que soy así de lanzada, así de abierta, así de felíz.
Pero...éste corderito tiene sus miedos y sus emociones y en algún momento quise más de lo que inicialmente establecí que buscaba, quise comprensión, quise mostrar mi tristeza, mis miedos, mi ser metafísico, quise ser igual de libre en todos los sentidos y no sólo en el hecho de dejarme llevar y conseguir lo que quería. Quise recibir, por lo menos, un poco de lo que yo daba; no sólo complacer sino ser complacida, no sólo sorprender sino ser sorprendida, no sólo querer sino ser querida.

Pero no se puede verdad?, yo misma arruiné esa posibilidad, yo misma tendí mi propia cama, y el dolor de saber que he de vivir con ello no es tanto como para arrepentirse pero sí como para cortar mis alas de volver a querer lanzarme al vacío y volar siendo libre.

Y ahora lloro, lloro porque se sintió tan real y tan cercano estar ahí, pero a la vez tan vacío; y mañana reiré, reiré a todo pulmón por mi estupidez, por ser tan condenadamente sensible....

y porque por un momento me sentí tan condenadamente yo misma, por un momento no tuve miedos, ni  conjeturas, tapujos ni vergüenzas....por un momento éste corderito se convirtió en lobezna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario